Artículo de opinión. Hipólito Gómez de las Roces
La conclusión me parece clara: primero, intentar la transacción con el contrario que no enemigo; en su defecto, tomar el camino del arbitraje y sólo si no lo acepta el contrario, hay que ir a juicio, ¡qué le vamos a hacer! Pero quede constancia: el amejoramiento de la Justicia no es solo cosa de los jueces; la justicia es cuestión de todos.